Han pasado siglos, pero todavía hoy Nefertiti sigue siendo un referente de belleza. Donde, además de sus rasgos proporcionados, cautiva su cuello esbelto, largo y delgado, junto con una estilizada línea mandibular perfectamente definida.
Con el paso del tiempo, las bandas platismales se hacen más evidentes, la gravedad contribuye a una mayor laxitud de la piel y las arrugas horizontales se hacen más notorias. El platisma es el músculo cutáneo del cuello responsable de generar las antiestéticas “cuerdas de violín” que se hacen evidentes al poner el cuello en tensión.
Estas bandas a veces son visibles incluso en estado relajado. La fuerza de este músculo tira hacia abajo del reborde mandibular, ya que este se inserta a 2 cm por encima de la línea mandibular, y llega hasta el final del escote, lo que provoca, además, un descolgamiento de la mandíbula.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento de las bandas platismales es un procedimiento que rejuvenece el cuello y mejora la línea mandibular. Es una técnica mínimamente invasiva, donde a través de pequeñas y pocas infiltraciones de neuromoduladores con una microaguja, conseguimos relajar la musculatura del músculo platisma. El procedimiento es sencillo, rápido, muy tolerable y mínimamente invasivo. Su objetivo se centra en rejuvenecer el cuello y la parte inferior del rostro. No solo corrige, sino que también previene el envejecimiento y la flacidez.
Con este procedimiento conseguimos que el músculo tenga menos fuerza, que la piel se tense disminuyendo las arrugas horizontales y que desaparezcan las “cuerdas de violín” que se forman en el cuello. Pero además, aparte del efecto sobre el cuello, tenemos el otro “efecto Nefertiti” igual o más importante, que es la definición de la línea mandibular. El músculo platisma al contraerse genera una tracción hacia abajo del reborde mandibular, ocasionando pérdida de definición de la línea mandibular. Pues bien, con este tratamiento, al quitar fuerza y relajar el platisma, este no tira de la mandíbula hacia abajo, recuperando así la línea del contorno mandibular.
¿Cuál es el paciente ideal?
Se pueden obtener excelentes resultados siempre y cuando el paciente reúna unas características anatómicas específicas en su cuello. El paciente ideal es aquel con un cuello delgado, poca grasa y sin excesiva flacidez, pero al mismo tiempo con unas bandas platismales o músculo platisma muy potente. Por el contrario, no podrían beneficiarse, personas con un cuello muy grueso, con papada, o con una flacidez cutánea muy avanzada.
Sinergia con otros procedimientos:
Además del tratamiento con microinyecciones de neuromoduladores que relajan los músculos del cuello, solemos combinarlo con una nutrición cutánea con skinboosters, vitaminas, oligoelementos y ácido hialurónico no reticulado a lo largo todo el cuello para mejorar la calidad de piel, también con aparatología estimuladora de colágeno y elastina y polinucleótidos.
En muchos casos, también lo combinamos con ácido hialurónico reticulado para aportar un poco de volumen al reborde mandibular y devolver así la línea y la definición de región mentoniana, previniendo así el descolgamiento del tercio inferior facial y del cuello.
¿Efectos secundarios?
Prácticamente ninguno, solo algún pequeño morado y, en algunos casos, una leve debilidad en algunos movimientos del cuello que desaparecen en un máximo de dos semanas. El tratamiento se realiza en una sesión con revisión a las 3 semanas y se puede repetir cada 6-8 meses.