Los neuromoduladores son una solución eficaz y segura para tratar diversas necesidades estéticas y médicas. Se utilizan principalmente para suavizar las arrugas de expresión en el tercio superior del rostro, como la frente, el entrecejo y las “patas de gallo”, proporcionando un aspecto más rejuvenecido y descansado. Además, son útiles en el tratamiento de condiciones como el bruxismo, donde ayudan a relajar el músculo masetero, y en la corrección de la sonrisa gingival, logrando un equilibrio estético al reducir la exposición de las encías al sonreír. También se emplean para mejorar la apariencia del mentón empedrado y las bandas platismales en el cuello, brindando un contorno facial más definido y un cuello rejuvenecido.
Este tratamiento, mínimamente invasivo, ofrece resultados visibles a partir de las 48-72 horas, con una recuperación inmediata y la posibilidad de realizarse en cualquier época del año. La toxina botulínica actúa relajando de manera temporal los músculos tratados, sin modificar los rasgos faciales ni la expresión natural, lo que garantiza resultados muy naturales y discretos. La combinación de técnicas personalizadas puede potenciar los resultados, ofreciendo un cuidado integral y armónico para cada paciente.